Despidos y caídas de sistemas informáticos (un resumen necesario)

A las pocas horas ser despedido de la empresa del sector del recreativo donde trabajaba, dejó de funcionar todo el sistema informático.
Al ver aquello, los responsables de echarme, montaron en cólera ya que pensaron que todo había sido una maniobra mía para hacerles daño.
Así comienza la historia, Ahora llega la verdad.

En los días siguientes los encargados de sustituirme —gente a la que yo mismo había dado las premisas de funcionamiento de las dos bases de datos replicadas que allí se manejaban—, fueron del todo punto incapaces de volver a poner en marcha el software y la empresa se vio en la necesidad de partir de cero y reprogramar todo de nuevo. Eso generó, como no podía ser de otro modo, que dicha empresa interpusiera una demanda contra mí por delito informático. Todo ello basado en los estudios de risa que prepararon aquellos pretendidos profesionales.
No negaré que desde el primer momento me partí de risa, pero solo por ver la infinita estupidez e incompetencia de quienes se suponían técnicos cualificados y la todavía peor elección de personal realizada por quienes iban a echarme. Aunque esto último es normal pues aquellas pobres criaturas nunca supieron cuál era el nivel de complejidad del trabajo que yo realizaba.
Pero si por un lado me pareció divertido, por el otro me sentí insultado al ver que aquella gerencia, tan chulesca y endiosada, me creía tan estúpido y mal profesional como para realizar tal chapuza: echar abajo la gestión informática de la empresa ¿Qué clase de incompetente se pensaban que era yo? Si hubiera querido hacerles daño de verdad hubiera actuado al cabo de muchos meses y de manera muchísimo más destructiva copiando su comportamiento. Porque si a alguien le leen y airean sus correos corporativos y privados, y le siguen con detectives para inmiscuirse en su vida privada —todo por atreverse a presentarse a delegado sindical—. Imaginaos lo que puede hacer dicho individuo, con poder para tener y gestionar TODA la información de la empresa, si decide pagar con la misma moneda y la sacar a pasear …
Pero para actuar con tal hijoputez uno debe tener la misma hijoputez y amargura. Y qué queréis que os diga, preferí más ser feliz que acercarme a su bajeza y no hice absolutamente nada. No me apetecía provocar infartos.

Y si no hiciste nada, ¿cómo es posible que cayera todo el sistema informático?, os preguntaréis. Pues esa es la última parte de mi confesión. Y la más graciosa de todas. Y la que les hizo ganar un buen dinerillo a unos cuantos listos que se hicieron los tontos para sacarles el dinero a los tontos de verdad.
Veréis, cuando despiden al informático de la empresa echan a alguien que está en posesión de todas las palabras de paso de todos los servidores y programas. Lo cual significa que mientras los conozca, tiene acceso a entrar en todas y cada una de las máquinas. Dicho esto ¿Qué hicieron mis sustitutos? Pues lo que hubiera hecho yo en su mismo caso: darse toda la prisa posible en cambiar TODAS las palabras de paso de Todos los sevidores: correo, ofimática, Internet y de SQL Server…
Hasta aquí parece todo correcto, ¿cierto?, pueso no, porque como dije al principio, hablábamos de: “…dos bases de datos …”. Ninguno de aquellos técnicos pensó que la OTRA base de datos de entorno carácter (conocida como PICK D3) también tenía su tarea en el servidor y también era necesario cambiarle la palabra de paso. Pequeñísimo detalle que provocó que al descargar las recaudaciones que traían los recaudadores,  el software encargado de la replicación se encontrara con que una de las llaves estaba equivocada y se negara, como no podía ser de otro modo, a abrir la puertecita que realizaba las actualizaciones pertinentes. Lo que generó que después de varios intentos (time Out) devolviera un error y se quedara a la espera de que alguien CAPAZ lo solucionara.
Y es en esa simple tontería donde reside la caída estrepitosa de todo un sistema informático, en la incapacidad de cambiar una simple palabra de paso y la prepotencia de no haberme hecho caso durante las explicaciones dadas a quienes me iban a sustituir. Aunque vete a saber si no fue una maniobra planificada para sacarles el dinero. Pero  esto es solo una elucubración personal y sin fundamento, del mismo nivel que los estudios que presentaron en el juzgado para demostrar mi pretendida culpabilidad y esconder su incompetencia.

Sí, sé que todavía queda pendiente una pregunta: ¿Por qué dos bases de datos? Por una sencilla razón, porque uno de los gerentes solo sabía moverse en la consulta de clientes del sistema antiguo. Básicamente por eso.

Ahora, pasado suficiente tiempo, creo que debía la explicación de aquellos hechos a quien desee conocerlos —también a mí mismo— . Ya he cumplido. Solo me resta agradecer aquel despido, pues representó la posibilidad de disponer del tiempo necesario para poder escribir, algo que ha posibilitado a su vez que mi primera novela viera la luz. Vaya desde aquí un inmenso “Gracias” y una sonrisa en recuerdo de tanta estupidez.

NOTA: No negaré que todo esto me hubiera gustado explicarlo ante el juez. Dejar en ridículo a todo el mundo mirándoles a los ojos. Sobre todo por la bajeza que representa leer los correos privados de una persona —tanto quien los pirateó como quien pidió que se hiciera y después los enseñó a quien deseara verlos. Pero por desgracia no encontraron a ningún perito de PICK D3 que les diera la razón en todos sus despropósitos y el proceso se desestimó. Lástima.

Acerca de Manel Artero

Manel Artero, nacido en Barcelona, en el barrio de Poble Sec, dedicó gran parte de su vida a la informática, compaginando con ella su amor por la lectura y por la música. De esta última cursó un grado de Historia. Más tarde haría los tres cursos de narrativa y novela de l’Escola d’escriptura de l’Ateneu barcelonès que le abriría las puertas al mundo de la escritura del que siempre formó parte sin saberlo. Desde entonces ganado diversos premios en concursos de relatos. El más sobresaliente, el de la Asociación “El coloquio de los perros” de Córdoba. Compagina su tiempo entre la escritura y diversos talleres y charlas sobre música, lectura y cultura de paz, que imparte en Cerdanyola del Vallès. El ladrón de rostros es su primera novela. Editada originalmente en 2017 por la editorial Maluma y6 reeditada por su hijo, Roger Artero, en 2023.
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